miércoles, 28 de agosto de 2013

CARACOLES EN SALSA

Nos encanta este plato. A mi lo que me más me gusta es mojar con pan en la salsita. ¡Es que podrías mojar una barra de pan entera sin darte cuenta!
Hay un montón de maneras de preparar los caracoles. Yo os dejo la receta que hace mi marido y que siempre se ha hecho en su pueblo (L'Eliana).
Hace años era típico comerlos para cenar en las fiestas del pueblo cuando las familias cenaban juntas en la puerta de casa. Eso ahora se ha perdido ya que no existen prácticamente casas bajas (de pueblo). Ahora son fincas y la gente cena en sus pisos. ¡Lastima....!

INGREDIENTES


  • 1kg de caracoles
  • 2 Pimientos rojos
  • 2 Cebollas
  • 200 gr de tomate triturado
  • 250 gr de jamón serrano a trocitos
  • 150 gr de chorizo a trocitos
  • 250 gr de nueces
  • 3 ajos
  • Aceite
  • Agua
  • Laurel
  • Tomillo
  • Hierbabuena
  • Guindilla
  • Sal


ELABORACIÓN
Lava bien los caracoles cambiando el agua varias veces.
Una vez limpios, los ponemos a hervir con abundante agua fría, laurel y sal.
Los dejamos cocer a fuego lento hasta que hayan salido todos de sus conchas, y luego les dejamos cocer 15 minutos más a fuego vivo.
Freímos con bastante aceite los pimientos cortados a trozos.
Cuando ya están añadimos la cebolla cortada a trocitos, los ajos y el perejil picado, dejando que se vaya haciendo.
Una vez lo tengas, añade el jamón, el chorizo, el tomate y las guindillas. Deja que se cocine durante 5-6 minutos.
En el mortero haz una majada con las nueces, los ajos. Añádelo a la cazuela.
Añade los caracoles y cúbrelos con agua. Déjalos hervir unos 20 minutos.


CURIOSIDADES
La carne de caracol, muy apreciada históricamente por su textura y sus posibilidades en la cocina, también
es muy valorada en la actualidad por su riqueza nutricional. Al menos así lo avalan las 14.000 toneladas anuales de caracoles que aproximadamente se consumen en España.
Las poblaciones primitivas de la Prehistoria se alimentaban ya de moluscos. Posteriormente los griegos fueron grandes consumidores y los romanos fueron expertos criadores así como los primeros en desarrollar las técnicas básicas para la cría de caracoles.
Actualmente, la recolección y venta de caracoles silvestres está prohibida como medida de protección de las especies autóctonas, por lo que el desarrollo sostenible pasa por la cría en las granjas de caracoles, actividad denominada helicicultura.
Destaca como una carne con escasa proporción de grasa. Entre un 0,5-0,8% de su composición nutricional son grasas poliinsaturadas, por lo que podría constituir una opción saludable en la alimentación de personas con hipercolesterolemia o hipetrigliceridemia, si bien no se tiene costumbre de su consumo frecuentemente.
En cuanto a su contenido mineral, que oscila entre el 1,3% y el 1,5%, el magnesio(100 grs de caracoles contienen 250 mg de magnesio) y el potasio son los elementos que más abundan, seguidos por el sodio y el calcio, destacando el hierro(35 mg por cada 100g).
En la antigüedad se le atribuyeron al caracol diversas propiedades terapéuticas. Se utilizaba tanto para uso externo como interno. Como uso interno fue utilizado durante un tiempo en la terapia popular, incluso a finales del siglo pasado. Su decocción, muy rica en sustancias mucilaginosas, se consideraba óptima como expectorante y se aplicaba a los que padecían tuberculosis. Los boticarios preparaban con ellos jarabes muy apreciados en casos de tos y catarros persistentes.
El caracol también fue considerado como un antídoto excelente contra la indigestión. Se inventaron remedios y diferentes recetas para las afecciones de estomago llegando a convertirse en un fármaco especial para curar los males estomacales. También se ha evidenciado la fama de los caracoles con afrodisíaco debido al análisis del contenido de albúmina que poseen.
Se ha demostrado que la baba de caracol, que contiene una sustancia activa denominada helicina, es capaza de proteger mucosas y epitelios y, en consecuencia, se han empezado a comercializar cremas elaboradas a base de baba de caracol para fines cosméticos

4 comentarios:

  1. Ay Bea..... yo no quiero ni verlos... no puedo con ellos¡¡¡¡ jajajja, besitos

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  2. Están riquísimos y son un excelente manjar, yo diría que equiparable al marisco para aquellos a los que les guste.
    Los probaré con la receta de tú marido...

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  3. A mí me dan un poco de reparo, no dududo que sean muy ricos pero por el momento los dejo quietecitos. Un abrazo

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  4. Los caracoles no suelen dejar indiferente a nadie, o te gustan mucho o los odias. Personalmente me quedo con esa rica salsa pá mojá antes que con los caracoles, pero todo mezclado también está muy rico. Nosotros los comemos mucho en verano como tapa y nos encantan.
    Un saludo.

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